Suplemento Dietético: Qué son y cómo elegirlos sin errores

¿Te has preguntado por qué aparecen tantos frascos de colores en la farmacia? La mayoría son suplementos dietéticos, productos que aportan vitaminas, minerales u otros compuestos para complementar lo que comes. No son medicamentos, pero pueden ayudar a cubrir huecos nutricionales cuando se usan bien.

Antes de comprar cualquier cosa, es clave saber qué buscas: ¿más energía?, ¿refuerzo del sistema inmune?, ¿apoyo a las articulaciones? Cada objetivo tiene su propio tipo de suplemento y una dosis recomendada. En esta guía te explicamos los grupos más comunes y cómo evaluarlos sin caer en engaños.

Tipos más comunes de suplementos dietéticos

Vitaminas y minerales: Son los más habituales. La vitamina D, el hierro o el calcio aparecen con frecuencia porque muchas personas no alcanzan la cantidad necesaria solo con la dieta. Busca productos que indiquen claramente la forma química (por ejemplo, "citrato de hierro" es mejor absorbido que "sulfato") y la cantidad por porción.

Ácidos grasos esenciales: Omega‑3, DHA o EPA se venden en cápsulas de aceite de pescado o algas. Son útiles para la salud cardiovascular y cerebral. Elige fórmulas con alta pureza y sin contaminantes como mercurio.

Extractos herbales y compuestos naturales: Aquí entran nombres como "Apoaequorina", "Ergotionina" o el popular "Burning Bush". Cada uno promete beneficios específicos (mejor cognición, mayor energía, etc.). La evidencia varía; revisa estudios recientes y opiniones de profesionales antes de confiar ciegamente.

Proteínas y aminoácidos: Ideales para deportistas o personas que quieren mantener masa muscular. Los batidos de suero, caseína o BCAA son ejemplos claros. Verifica la cantidad de proteína por gramo y evita mezclas con azúcares añadidos.

Cómo saber si un suplemento es seguro

Primero, revisa que el producto esté registrado en la Agencia Española de Medicamentos u otro organismo oficial. Un número de registro o autorización indica que ha pasado controles básicos de calidad.

Segundo, lee la lista completa de ingredientes. Si ves "rellenos", colorantes artificiales o advertencias sobre alergias, piénsalo dos veces. Los suplementos con certificaciones GMP (Buenas Prácticas de Fabricación) son una señal de mayor confiabilidad.

Tercero, presta atención a la dosis recomendada. No es raro encontrar etiquetas que sugieren tomar varias cápsulas al día; eso puede sobrecargar tu organismo y causar efectos secundarios.

Por último, consulta a un profesional de salud antes de combinar suplementos con medicamentos recetados. Interacciones como las entre vitamina K y anticoagulantes son bien conocidas y pueden ser peligrosas.

En resumen, los suplementos dietéticos pueden ser aliados útiles cuando sabes qué buscas, eliges marcas transparentes y sigues las dosis indicadas. No sustituyen una dieta equilibrada, pero sí pueden cubrir carencias puntuales y mejorar tu bienestar diario.